¿Por qué y cómo protegernos del sol?

¿Por qué y cómo protegernos del sol?

 

Protegernos del sol cada vez está más de moda, y con esto la importancia del cuidado de nuestra piel, no solo buscando perfección sino salud. Desde los años 20 fue Coco Chanel, quien impuso la moda del bronceado. En esa época, la famosa diseñadora fue fotografiada con la piel bronceada causando un revuelo en la población.

 

La piel bronceada o quemada por el sol antiguamente se traducía en trabajo al aire libre, por lo que era común encontrarla en hombres de bajo nivel socioeconómico. Sin embargo, a partir de ese “escándalo”, la diseñadora logró imponer esta moda como una liberación femenina, y fue testimonio de revolución, rompiendo los estereotipos de que la mujer no podía hacer deporte ni disfrutar libremente al aire libre en el campo o en la playa. 

 

Esta práctica cultural sigue vigente hasta hoy. Aun así, con el pasar de los años no es un secreto que debemos protegernos del sol; a pesar de que éste tiene efectos beneficiosos para nuestro cuerpo tales como: regular nuestro ciclo sueño-vigilia, liberar endorfinas, generar calor y regular la síntesis de vitamina D, entre otros; también tiene consecuencias no tan buenas que nos hacen reconsiderar continuar buscando un bronceado. El sol genera daño de las células de la piel y de su ADN, y una destrucción acelerada del colágeno, gracias a la penetración de la radiación ultravioleta, la luz visible y la luz infrarroja; lo que se traduce finalmente en la aparición de cáncer de piel, con diferentes grados de severidad, manchas, arrugas y envejecimiento prematuro.

 

Sabiendo esto, es natural que implementemos hábitos para protegernos del sol y buscar tener una piel más saludable y no sólo más bonita. Estas medidas están basadas en el uso diario del protector solar, evitar prácticas de bronceado intencional, no entrar a cámaras bronceadoras, buscar siempre la sombra, usar gafas y prendas con protección ultravioleta, entre otras.

 

Un protector solar ideal es aquel que tenga FPS (factor de protección solar) mayor a 30, protección de amplio espectro (es decir, que incluya protección contra radiación ultravioleta tipo A) e incluso infrarroja y luz visible. Si estamos en ambientes húmedos o haciendo ejercicio, éste a la vez debería ser resistente al agua. En términos prácticos, el protector solar se debe aplicar diariamente a partir de los dos años (así estemos en la casa) y en una cantidad adecuada (2mg/cm2 o una cucharita postrera aproximadamente para la cara) para así lograr el FPS que diga en la etiqueta.

Lo recomendado también es re-aplicarlo cada 4 horas en el día a día (sin necesidad de limpieza facial) o de forma más frecuente si estamos bajo exposición solar intensa, y reforzar el cuidado con una buena rutina de piel.

 

Lo anterior aplica tanto para hombres como para mujeres y el ideal que debemos buscar (y alcanzar) es lograr tener una piel saludable. ¿Para qué? Cuidándola es la única manera de garantizar que ella también nos cuide a nosotros y continúe siendo la encargada de proteger nuestros órganos de agresores externos.

 

 

Rutina de piel

 

 

Si estás iniciando en el mundo del cuidado de la piel, aquí te traemos algunas recomendaciones para que lo hagas con el pie derecho.

 

Actualmente, en redes sociales, nos bombardean con miles y miles de productos dermocosméticos, que según nos hacen creer son “indispensables” para una rutina de piel. Sabemos que estos productos son costosos y nuestra piel es solo una y merece lo mejor, así que ¿cómo saber qué productos realmente son necesarios?, ¿en cuáles deberíamos invertir? Recuerda que menos es más, y que es mejor calidad que cantidad, sobre todo cuando hablamos de nuestra piel.

 

Lo primero que debemos responder es ¿por qué es importante una rutina de piel?. Esta pregunta es realmente sencilla y es que es la única manera de proteger nuestra piel de las agresiones del medio ambiente, la oxidación, la contaminación y sobre todo: el sol. Buscamos con una rutina tener una piel saludable, prevenir un envejecimiento prematuro o más marcado, prevenir irritaciones, dermatitis, manchas e incluso cáncer de piel.

 

Existen 3 pasos indispensables que debemos implementar para lograr prevenir estos desenlaces y aquí te los vamos a explicar:

 

  • Limpieza facial: 

Dependiendo de nuestro tipo de piel vamos a preferir cremas limpiadoras, geles, aguas micelares o espumas. Es un paso que deberíamos hacer tanto en la mañana como en la noche, y es importante ya que, así no nos maquillemos, debemos limpiar la polución y la contaminación del día a día, que también ha demostrado que envejece y mancha. Además, desobstruye poros y permite que los principios activos penetren con mayor facilidad.

 

  • Hidratación:

Nos ayuda a mantener la piel luminosa y mejora algunas líneas finas de expresión. Además, es ideal para mantener la barrera de la piel sana, previniendo irritaciones y dermatitis. Es un paso que puede realizarse tanto en las mañanas antes del protector solar, así como en las noches.

 

  • Protección solar:

Es el paso más importante en una rutina de piel, y tiene que ser lo primero en lo que debamos invertir. El sol es el causante de manchas, envejecimiento prematuro y cáncer de piel; por consecuencia, si nos protegemos de él, vamos a tener una piel más saludable.

 

Una vez teniendo estos 3 pasos claros, podemos agregar a nuestra rutina un producto de “tratamiento”. Éste va a estar enfocado en eso que nuestra piel necesite y queramos mejorar. El tratamiento podrá ser antimanchas, antioxidante, antiacné, antiedad, etc, según nuestras necesidades y condiciones. Dependiendo del principio activo que éste contenga lo podemos usar en la mañana y/o en la noche. En este paso es ideal tener acompañamiento dermatológico para evitar efectos secundarios y/o productos innecesarios.

 

Invertir en esos sencillos pasos es el camino para lograr una piel saludable. Esta rutina de piel “básica” puede ser incluso más efectiva que la aplicación de millones de productos capa sobre capa; además genera menos riesgo de irritaciones, dermatitis y acné; y es más fácil de hacer porque no toma mucho tiempo.

 

Sin embargo el éxito no está asegurado si no tienes hábitos saludables como dormir mínimo 6 horas, hacer ejercicio, alimentarte saludablemente, regular los niveles de estrés, evitar el tabaquismo, evitar la exposición solar intencional o el bronceado. No esperes resultados significativos, si a pesar de tener una buena rutina de piel, no tienes hábitos saludables.

 

Recuerda, la piel es inteligente: la rutina está ahí para apoyarla, pero no para hacer su trabajo.

 

 

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